Controlar y regular la cantidad de alimentos que comemos entre una comida y otra, es la base para cambiar los hábitos alimenticios y conseguir un peso saludable.
Las sensaciones de saciedad y hambre no solo obedecen a condiciones fisiológicas sino también a una serie de aspectos socio culturales externos y malos hábitos alimenticios.
La mala costumbre de comer fuera de los horarios, picar entre horas, de consumir bebidas azucaradas, etc… entre las comidas es tan arraigada en la sociedad de hoy día que es difícil cambiar ese hábito.
El no tener un control sobre la cantidad de calorías que se consumen en el día puede traer problemas de obesidad y enfermedades digestivas las cuales se podrían evitar procurando llevar una dieta sana y equilibrada.
Desde ICAMEN- Instituto Canario de Medicina y Nutrición- destacamos la importancia de incrementar los alimentos ricos en proteína con el fin de bajar calorías en otros alimentos y por ende su mismo consumo, dando como resultado la ingestión de menores cantidades de comida y una más temprana sensación de saciedad.
Las proteínas dan esa sensación de saciedad al organismo ayudándole a tener menos sensación de hambre durante muchas más horas que cuando se consumen otros alimentos.
Otro de los alimentos que ayudan considerablemente a aumentar la sensación de saciedad y que son bastante nutritivos y saludables para el organismo son los vegetales y las hortalizas los cuales poseen una gran cantidad de fibra que favorece la sensación de saciedad por espacios de tiempo prolongados.
El consumo de frutas, verduras y hortalizas ayuda también en el proceso de asimilación y digestión de los alimentos ya que la fibra favorece el proceso del metabolismo.
De este modo, el consumir alimentos como por ejemplo un buen batido de fruta, una buena ensalada acompañada de frutas y cereales facilita la sensación de saciedad.
Es indiscutible que estas sensaciones de saciedad y hambre pueden ir estrechamente ligadas a procesos mentales donde la persona desea sentirse lleno.
La carga emocional y psicológica de ganar peso si se come más de lo debido es bastante fuerte y por ello las personas con problemas de obesidad se someten a duras y estrictas dietas que solo hacen que aumentar su sensación de hambre.
La solución no es sencilla de ahí que todas las técnicas (ya sean técnicas endoscópicas o técnicas de cirugía de la obesidad) destinadas a tratar un problema de sobrepeso u obesidad tienen como base ayudar al paciente a conseguir una mayor sensación de saciedad comiendo menos.
Es por eso que ya sea con la ocupación de parte del estómago (con la técnica del Balón intragástrico) o reduciendo parte de la capacidad del mismo (con la técnica de Método Apollo), el objetivo es conseguir que el paciente se sienta saciado comiendo menos o comiendo de forma más ligera. A partir de ese punto, la parte más difícil del proceso está hecha y resulta mucho más sencillo el conseguir el objetivo final: crear e interiorizar nuevos hábitos alimenticios más saludables, de por vida.
Es decir llevar una dieta basada en frutas, verduras, hortalizas, cereales que aportan suficiente fibra y una buena porción de proteína es más que suficiente para una buena alimentación diaria sin ganar peso.
Crear la cultura del deporte, caminar un rato en el día, cuidar su cuerpo y abstenerse de comer fuera de los horarios de las comidas principales seria sin lugar a dudas la mejor estrategia contra la obesidad y esto es mucho más sencillo de lograr cuando ya se ha conseguido una pérdida de peso inicial con técnicas como el Balón intragástrico o el Método Apollo que son excelentes herramientas para iniciar el cambio de hábitos.
Si deseas conocer con más detalle cómo funcionan estas técnicas no dudes en contactar con nuestro equipo médico especialista en el tratamiento del sobrepeso y la obesidad en Las Palmas de Gran Canaria.