Cualquier tratamiento para bajar de peso, no tiene sentido si no va enfocado a largo plazo. Para ello hay que conseguir hábitos de alimentación y de actividad física diferentes a los que nos llevaron a ganar peso.
De forma paulatina, en ICAMEN introducimos a nuestros pacientes en una forma de comer y moverse diferente, a saber compensar excesos puntuales, a controlar la alimentación emocional, a realizar una actividad física regular y mantenible en el tiempo, pactando metas sencillas y posibles de realizar.
Para llevar una dieta saludable, es posible que debas hacer algunos cambios. Recuerda que puedes cambiar tus hábitos alimenticios poco a poco. Los pequeños cambios son más fáciles de hacer y pueden conducir a una mejor salud.
A continuación, te contamos algunas pautas básicas para realizar cambios saludables en tus hábitos alimenticios:
- Llena tu nevera de frutas, productos lácteos bajos en grasa, verduras y alimentos integrales.
- Pon el foco en agregar alimentos saludables a tu dieta, en lugar de simplemente eliminar los alimentos no saludables.
- Intenta comer una comida familiar todos los días en la cocina o en la mesa del comedor. Esto te ayudará a concentrarte en comer comidas saludables.
- Compra un libro de recetas saludables y toma el control de la preparación de los alimentos en tu cocina.
- Prepara previamente las comidas si tienes que comer fuera de casa. Así tendrás más control sobre lo que comes.
- No te saltes ni retrases las comidas y asegúrate de programar las meriendas.
- Come tus comidas con otras personas cuando puedas. Relájate y disfruta de tus comidas, no comas demasiado rápido.
- Bebe agua en lugar de bebidas con alto contenido de azúcar (incluidas los zumos con alto contenido de azúcar).
En ICAMEN recomendamos a nuestros pacientes realizar un mínimo de 30 minutos de ejercicio físico al día como una de las principales formas de desarrollar una vida saludable.
Los beneficios del ejercicio incluyen quemar el exceso de calorías, fortalecer los músculos y huesos, controlar la presión arterial, el colesterol y los niveles de glucosa en sangre, además de ayudar a eliminar el estrés y mejorar el sueño.
Tal vez estés pensando que es difícil encontrar el tiempo para seguir esta recomendación. Bueno, la buena noticia es que dar una caminata rápida también cuenta como ejercicio. Así que caminar en lugar de coger el coche o el transporte público podría ser la solución para evitar una vida sedentaria.
Según diversos estudios, las personas que fuman y tienen obesidad (aquellos con un IMC de 30 o más) tienen mayor probabilidad de sufrir diversas patologías a los 50 años.
Para tener una vida sana, bienestar y calidad de vida es fundamental alejarse del tabaco y que las personas con obesidad pierdan peso para reducir los riesgos de contraer enfermedades graves cuando envejezcan. Por supuesto, también deben llevar una dieta saludable, beber con moderación y ser más activos físicamente.
Incluir frutas y verduras como parte de un plan de alimentación saludable puede reducir el riesgo de algunas enfermedades crónicas, como enfermedades cardíacas y diabetes tipo 2, así como accidentes cerebrovasculares y cáncer. Las frutas y verduras pueden estar crudas o cocidas, y pueden ser frescas, congeladas, enlatadas o deshidratadas. Esto ofrece una amplia variedad de opciones para cumplir con las recomendaciones de ingesta diaria y semanal.
Incluir frutas y verduras como parte de un plan de alimentación saludable puede reducir el riesgo de algunas enfermedades crónicas, como enfermedades cardíacas y diabetes tipo 2, así como accidentes cerebrovasculares y cáncer. Las frutas y verduras pueden estar crudas o cocidas, y pueden ser frescas, congeladas, enlatadas o deshidratadas. Esto ofrece una amplia variedad de opciones para cumplir con las recomendaciones de ingesta diaria y semanal.
Mejoran la salud ósea: los productos lácteos son una buena opción para mantener huesos fuertes debido a su alto contenido de proteínas, vitamina D y calcio. El calcio de la leche se absorbe y utiliza fácilmente en el cuerpo, por lo que la leche y los productos lácteos son fuentes fiables de calcio. Obtener la cantidad recomendada de porciones de productos lácteos por día puede ayudar a desarrollar masa ósea, lo que conduce a una mejor salud ósea de por vida.
- Reducción de la presión arterial: un plan de alimentación rico en frutas, verduras y productos lácteos bajos en grasa, con grasas saturadas en general reducidas, es tan eficaz como algunos medicamentos para reducir la presión arterial en personas con presión arterial elevada.
- Reduce el riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes tipo 2: las investigaciones muestran que los planes de alimentación que incluyen productos lácteos se han asociado con un riesgo reducido de diabetes tipo 2 y protección contra las enfermedades cardíacas.
Mejora la salud digestiva: los productos lácteos cultivados como el yogur contienen probióticos, que brindan una amplia gama de beneficios para la salud. Los probióticos en la dieta pueden mejorar las bacterias buenas en el tracto intestinal, mejorar la salud y reducir el riesgo de ciertas enfermedades.
Los cereales son una fuente importante de muchos nutrientes, incluida la fibra, las vitaminas B (tiamina, riboflavina, niacina y ácido fólico) y minerales (hierro, magnesio y selenio). Las personas que comen cereales integrales como parte de una dieta saludable tienen un riesgo reducido de padecer algunas enfermedades crónicas. En ICAMEN recomendamos que la mitad o más de las opciones de cereales del día sean integrales.
Los cereales integrales no se han molido y contienen el grano entero; la molienda da una textura más fina pero elimina la fibra, el hierro y las vitaminas B. Los ejemplos de granos integrales incluyen harina de trigo integral, avena, harina de maíz integral y arroz integral.
El grupo de alimentos Proteínas se compone de una variedad de alimentos ricos en proteínas, que incluyen carne, aves, pescado, frijoles y guisantes, huevos, nueces y semillas. Además de las proteínas, estos alimentos ricos en nutrientes incluyen vitaminas B, zinc, hierro, vitamina E y fibra.
Los alimentos con proteínas, como las legumbres, son fuentes económicas de proteínas, mientras que el pescado, la carne y las aves de corral son versátiles en la forma en que se pueden utilizar.
Aunque no son un grupo de alimentos, los aceites y las grasas contienen nutrientes que son una parte importante de un patrón de alimentación saludable. Las grasas alimentarias se encuentran tanto en alimentos vegetales como animales. Aportan calorías para obtener energía y ayudan con la absorción de vitaminas liposolubles. Las grasas de las fuentes alimentarias protegen los órganos, regulan la temperatura corporal y ayudan a producir hormonas. Las grasas alimentarias también son importantes para el desarrollo óptimo del cerebro de los bebés y los niños pequeños. La mejor grasa de adición es el aceite de oliva, preferentemente Virgen Extra, que pertenece al estilo alimentario más saludable del mundo que es la Dieta Mediterránea.
El agua es importante para mantenernos saludables, ayudar a regular la temperatura corporal, lubricar y amortiguar las articulaciones, proteger la médula espinal y otros tejidos sensibles y ayudar a eliminar los desechos a través de la orina, del sudor y otras secreciones corporales.
Beber agua es importante también porque evita el consumo de bebidas más calóricas para aliviar la sed
Los resultados de cualquiera de las terapias que se ofrecen para combatir la obesidad siempre son a medio plazo, aunque el inicio de la pérdida de masa corporal, y por tanto de peso, se inicia desde el primer momento.
En cuanto a la pérdida de peso siempre dependerá de cada caso pero en términos generales y en base a nuestros más de 30 años de experiencia, podemos afirmar que el paciente puede llegar a perder entre el 60 y el 80% del sobrepeso durante los 6 primeros meses de tratamiento.
A largo plazo el paciente puede llegar a perder más peso y esta pérdida dependerá de cómo el paciente haya adoptado a largo plazo los cambios en su estilo de vida relacionados con la alimentación y el ejercicio.